lunes, 23 de junio de 2008

Luciano Londoño será homenajeado en Festitango


Luciano Londoño

será homenajeado en

el Festival Internacional de Tango



“El Tango es mi hit parade”Luciano Londoño, académico de la Academia Porteña de Lunfardo, de la Academia Nacional de Tango y asociado correspondiente de la Academia de Tango de Uruguay, habla de su vida, su pasión por este ritmo musical y del Festival Internacional de Tango.
Angie Lopera


Luciano Londoño cuenta su experiencia como académico de la Academia Porteña de Lunfardo y de la Academia Nacional de Tango.

Angie Lopera Quienes conocemos a Luciano sabemos que él es irónico, radical en sus conceptos, disciplinado, lector incansable, buen conversador y divertido. De pocos amigos, la mayoría tangueros o melómanos como él. Le mueven la fibra, casi tanto como el tango, la salsa de New York y la música de Cuba y Puerto Rico. Por su contribución al tango desde la academia, Medellín le rendirá un homenaje, así como al poeta argentino Horacio Ferrer y a la memoria de Manuel Mejía Vallejo, autor del libro Aire de Tango. - En una entrevista que le hiciste al salsero Tite Curet Alonso, él responde: “yo, la fecha de nacimiento mía, la digo porque me la dicen, ¿verdad? Yo no recuerdo exactamente ese momento”. ¿Qué te contaron en tu familia sobre tus orígenes? “Me contaron que nací en el barrio La Milagrosa, arriba de Buenos Aires, en el año 1951. Para esa época se dieron varios hechos simultáneos que confluían en un aspecto del que voy a hablar a continuación: En mi casa se mantenía prendida una emisora, Radio Reloj, que daba la hora cada tres minutos y molía tangos, rancheras, boleros, pasillos ecuatorianos, música colombiana, mejicana, en fin. Ese es un hecho, el otro es que yo nací y viví muchísimos años en una cuadra y en ambas esquinas había cafecitos de tango. El uno era El Mar del Plata y el otro El Botecito, que tenía un billar, donde ponían tango todo el día. El tercer hecho es que para esa época el tango hacía parte de la cotidianidad de Medellín, era imposible sustraerse a él, entonces uno nacido y desenvuelto en ese medio era normal que le gustaran los tangos-canción, no la música instrumental, que hoy en día me agrada y distingo, pero que al tanguero normal colombiano le dice poco; salvo La Cumparsita y La Puñalada no es capaz de distinguir otro tango instrumental. Entonces lo que sonaba era tango-canción y eso le atraía a ese niño y así pues discurrió mi infancia y gran parte de mi juventud”. -¿Ahondemos más en por qué te atrapó el tango? “Parece mentira, pero muchísimas palabras del castellano y algunos conceptos, la primera vez que los escuché fue en el tango. Era hasta una fuente primera de diversas nociones para un muchacho. Esas canciones hablan de unas tragedias y unas situaciones con las que me sentía identificado. Esos tangos son pequeñas óperas, novelas de tres minutos y me gustaba cantarlas, meterme en sus personajes y vivir la historia. El tango es mi hit parade”. -¿Cómo son tus inicios como estudioso del tango? “Corría el año 1972, era alumno de Derecho en la Universidad Autónoma, y empecé a almorzar con frecuencia en Versalles a donde llegaban los músicos y cantantes que traía el dueño del lugar para que se presentaran en la Casa Gardeliana, sitio del que también era propietario. Empecé a tratar a los artistas y ellos me contaron muchas cosas, seguro que también muchas mentiras, pero todo eso aumentó el amor por el tango y el deseo de aprender sobre él. Me relacionaron con mucha gente y también les daba platica para que me enviaran algunos libros de Argentina y así se fue acrecentando mi pequeña biblioteca sobre el tema. Además, Juan Manuel Serna, quien junto a Jaime Jaramillo Panesso dio las primeras charlas de tango en Colombia, años 1974 -1975, llevaba para ilustrar a las conferencias a artistas de la Casa Gardeliana y remataba con una miniexposición sobre lunfardo. Sus charlas eran muy concurridas por sus alumnos y por tangueritos como yo para esa época. Después fui a Buenos Aires, donde ya tenía varios amigos, y pude comprar más libros”. -¿Cómo llegaste a ser académico correspondiente de la Academia Porteña de Lunfardo y de la Academia Nacional de Tango y asociado correspondiente de la Academia de Tango de Uruguay? “Cuando escuché que existía la Academia Porteña de Lunfardo me suscribí a sus boletines, que los devoraba, y por ese amor al tango empecé a atreverme a escribir, con tan mala suerte para ellos que me publicaron, lo cual me animó para seguir produciendo notas. Eso hizo que en el año 1993, don José Gobello, que es el actual presidente y una figura destacada de la literatura y de los estudios gramaticales argentinos, y el maestro Sebastián Piana, autor de milongas con Homero Manzi y para esa época presidente de la academia, me propusieran como académico correspondiente y desde entonces hago parte de ella. Claro, ya como miembro de esta academia y envalentonado escribiendo, unos años después también me nombraron académico correspondiente de la Academia Nacional de Tango de Argentina, y hace dos o tres años me pidieron que hiciera parte de la existente en Uruguay”. -¿Por qué son importantes esas academias? “La de Lunfardo sirve para muchísimas cosas. Todos los patrocinantes, que deben ser unos 2.000, reciben las comunicaciones y los estudios. Tiene también una portentosa biblioteca sobre lunfardo y cultura popular de Buenos Aires, visitada constantemente por investigadores locales y europeos. Creo que tiene un promedio de visitas al mes de 300. Fuera de lo anterior, es un organismo consultor hasta de los tribunales para definir el significado de una palabra en los pleitos. De hecho, dictámenes de la Academia Porteña de Lunfardo les sirven de sustento a fallos judiciales. Pudiéramos decir, para resumir, que estas academias son unos centros culturales de mucha significación y que sus miembros aportan con escritos e investigaciones”. -¿El tango está siempre en tu rutina diaria? “Siempre y surge de manera improvisada. Se ha vuelto hasta una escuela filosófica: en vez de decir cualquier refrán, “más vale pájaro en mano que (…)”, a mí siempre me brota es un verso de algún tango para ilustrar el asunto del cual se esté hablando”. -¿Medellín es tanguera? “Tal vez eso no sea exactamente cierto. A los que nos gusta el tango, ahora somos niños de 60, 70 años, con la particularidad de que la mayoría son muy apegados al tango de los años 40. Vale la pena destacar que el estar aferrado sólo a esa década, no ha permitido que haya conexión con la juventud. Por otra parte, el antioqueño es una persona que se mira el ombligo y le encanta darse coba el mismo y, sin ofender, el argentino es especialmente cobero, entonces él sabe que viene a decirle al antioqueño que sabe más que él de tango, y el antioqueño es tan ingenuo que cree que aquí hacemos más tango que allá. Aquí triunfan los grupos de rock e incluso de rock-tango, pero los que van a ver este tipo de espectáculos no son tangueros. El año pasado, durante el Festival Internacional de Tango de Medellín, los organizadores trajeron una orquesta típica, la Sans Souci, que toca al estilo del 40. La pregunta es: ¿para ver una orquesta típica completa, muy buena y que interpreta el tango que gusta en Medellín, dónde estaban los tangueros? Las boletas costaban 20, 40 o 60 mil pesos y la ocupación en el Teatro Metropolitano escasamente llegó al 60%. Otra situación, el antioqueño va a todo lo que sea gratis, si tiene que pagar no asiste”. -Con este panorama que acabas de describir, ¿qué significa entonces la versión de este año del Festival Internacional de Tango? “Significa que la Alcaldía de Medellín tiene otros criterios: presenta los espectáculos en espacios abiertos, de forma gratuita y para un público nuevo que le atrae sobre todo ir a ver la danza. Es otra manera de mostrar el tango pero con la advertencia de que el Medellín de hoy nada tiene que ver con el Medellín tanguero de hace 40 años, cuando hubo el primer festival, en 1978, ni con el Medellín de los años 50 y 60, en el que hervía el tango: en Guayaquil había muchísimos cafés de tango, moliendo diariamente. Sin embargo, creo que el actual Festival Internacional de Tango es un gran esfuerzo por revivir el ritmo en la ciudad”. ¿En términos universales, quién inmortalizó el tango? -“El tango está apoyado en tres columnas que son Julio de Caro, Carlos Gardel y Astor Piazzolla”.

Lo que dijo - Luciano Londoño
“Empecé a tratar a los artistas y ellos me contaron muchas cosas, seguro que también muchas mentiras, pero todo eso aumentó el amor por el tango y el deseo de aprender sobre él”.


Foto: Santiago Saldarriaga

EL MUNDO junio 22/2008 La Metro Primera Página


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