domingo, 28 de diciembre de 2008

Segundo Festival Internacional de Tango - Adenda



Paisaje de diciembre
Víctor Bustamante

Cuando a la sombra del ebrio cielo
estallan en su abismo de cristal los fuegos artificiales
que arrojan los niños
creyendo sembrar estrellas
y las observan apagar como si no pudieran fijar cada uno la suya
entre otras estrellas viajeras
que son los globos multicolores azotados por el soplo de la vela
que es el corazón que huye.
Entonces
regreso al mundo que son mis pasos
sobre el asfalto
esa rugosa piel que recorro cada día
como si estuviera hecha de destino.
Piel de diciembre
escamoteada
por las flores mustias en su eterna noche
cuando la música flota en los suburbios con los solitarios
escuchando puertas para cierto inventario que es diciembre
cuando de la nada aparecen tarjetas con mensajes como palabras viajeras
que golpean las paredes del alma.


......
Segundo

Festival Internacional de Tango

“Ciudad de Medellín”




Clausura en la Plaza Botero:


Entrega de ls llaves de la ciudad a Horacio Ferrer por el Secretario de Cultura Jorge Melguizo






Horacio Ferrer y la bella Maribell Arango



Encuentro de Coleccionistas:


Casa Club de la Edad Dorada






Gustavo Escobar, Gabriel Soria y Carlos Agudelo


Gabriel Soria entrevista a Luz Elena, Vicesecretaria de Turismo


Gabriel Soria con la hermosa Alejandra Quintero


Gabriel Soria con Victor Bustamante

lunes, 30 de junio de 2008

HOMENAJE A LUCIANO LONDOÑO LÓPEZ



HOMENAJE
A
LUCIANO LONDOÑO LÓPEZ


El Martes 24 de junio de 2008, en la Inauguración del Festival Festitango Medellín 2008 se rendió merecido homenaje al reconocido gardeliano Don Luciano Londoño López
ORLANDO RAMÍREZ CASAS (*)
Cuando se le ve venir con su aire de estudioso, de estudiante piloso, de los que llamaban “nerd” los muchachos de la generación de hace unos años y llamábamos “mazo” los de mi generación, no lo supone uno amante del tango y de la música de la Argentina. Tampoco lo supone uno conocedor de la salsa y de la música del Caribe. Es que esas son músicas bohemias. No son músicas de estudio degustadas a punta de café y cigarrillo, sino músicas de taberna vividas entre brumas de cigarrillo y de licor.

– Es que yo fui “guayaquilero” y tengo alma bohemia –aclara.

Fue “guayaquilero”, puesto que gran parte de sus actividades laborales las realizó en ese trajinado barrio de Medellín. Entonces ahí, de contracorriente, donde los demás iban a divertirse, él iba a trabajar. Nadie se hubiera imaginado que, mientras aireaba códigos con un oído, escuchara música con el otro. Sólo que, a diferencia de los demás, él no sólo la oía sino que la asimilaba y la hacía parte de su patrimonio cultural. Mientras unos acumulan dinero, o coleccionan monedas o estampillas, él colecciona música. Hizo de su cabeza una computadora que recuerda e identifica ritmos, títulos, autores, compositores, orquestas, intérpretes. En su biblioteca arruma libros leídos sobre el tema que son soporte al alcance de la mano. Ha construido una red de corresponsales virtuales que lo ayudan a resolver dudas y a dirimir controversias.

– Quién iba a pensar que mientras trabajabas sacabas tiempo para aprender de música –le dije.

– Yo no estudié música. No distingo una corchea de una semicorchea. Me embisten los bemoles y los sostenidos –responde.

– Pero sabés de oído. La mayoría de nosotros aprendemos de oído.

Aprender sí. Es que todo lo que asume lo asume a fondo, con pasión. Es un maniático de la perfección. Detesta las mediocridades y las medianías y las inexactitudes. “Uno no puede darse el lujo de dar un dato falso en privado y menos que puede lanzarlo al aire en público y todavía menos puede escribirlo. Todos los datos tienen que ser confrontados, todas las opiniones deben soportarse en argumentos”. No va con fantarronadas. Paso a paso se ha ganado su prestigio de ser una “Biblia” consultada por muchos, respetada por todos.

La Alcaldía de Medellín, al conmemorar otro aniversario de la muerte de Carlos Gardel, le hará un homenaje al fallecido escritor antioqueño Manuel Mejía Vallejo por la contribución de su novela “Aire de Tango” al prestigio tanguístico de la ciudad, al poeta uruguayo Horacio Ferrer por sus letras y a Luciano Londoño López, por su mucha labor a favor del tango y por representar a nuestra ciudad en la Academia Porteña del Lunfardo.

Por sus conocimientos es, desde hace años, Académico Correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo y de la Academia Nacional del Tango (ambas de Buenos Aires, Argentina) y Asociado correspondiente de la Academia de Tango de la República Oriental de Uruguay; y ha procurado estar a la altura de esa pertenencia. Ha cultivado su amistad con personajes del tango. Pero en ésta, como en todas las actividades que emprende, ha puesto un empeño sobresaliente, y entonces fue escogido como miembro correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo. No son muchos los que llegan allí y deben soportarlo con trabajos serios y concienzudos sobre los temas que los ocupan.

– Es un honor compartir trabajos con sus miembros y compartir mi amistad y afición por la música popular con personas de la categoría de don José Gobello, don Ricardo Ostuni, el Dr. Luis Adolfo Sierra, el maestro Julio de Caro, don Horacio Ferrer, don Nelson Bayardo, don Eduardo Payssé-González, don Jorge Götling, don Miguel Ángel Morena, don Roberto Selles, don Gaspar Astarita, don Oscar Himschoot, don Hernán Restrepo Duque, don Carlos Serna, don Héctor Blotta y muchos otros que han escrito sobre tango en Argentina, Uruguay, Puerto Rico, España y Colombia. Aparte de personajes reconocidos en el mundo de la música caribeña como Cristóbal Díaz Ayala, Jaime Jaramillo Suárez, Pedro Malavet Vega, César Pagano, Julio Oñate, etc. –dice, sin ocultar su orgullo.

A él podrá reprochársele el apasionamiento con que defiende sus posiciones, pero no puede tachársele de descuidado. Cuando afirma algo, lo hace con fundamentos y convicción.

– No sé por qué me escogieron para ese homenaje ni que razones tendrían para ello–me dice–. No es fácil hacerme un reconocimiento así.

Tiene razón. No debió ser fácil seleccionar el nombre de alguien que ha controvertido tanto, tantas veces, por tantas razones. “Es que los argumentos a favor de la tesis de que Gardel es uruguayo son contundentes. Lo del Gardel argentino ni siquiera se discute y lo del Gardel francés es una tesis que se va cayendo por su propio peso”. Esa discusión es muy fácil de solucionar, Luciano –digo–. Basta con aplicar la prueba del ADN.

– Es justamente lo que yo he venido sosteniendo y no de ahora. Hasta hice un curso de medicina forense para poder entender lo de la contundencia de esa prueba.

Ahí está pintado. No se limita con imaginarse las cosas. Tiene que profundizar en ellas y llevar sus análisis hasta las últimas consecuencias.

– Es curioso que los gardelianos sean tan apasionados, Luciano, le juegan a todo o a nada.

– Muchos gardelianos ni siquiera son gardelianos. Hablan de Gardel (porque lo tienen como una iconografía), pero oyen a otros cantores. A la hora de la verdad, de Gardel, pocón-pocón.

Eso es cierto. De igual forma sostiene que los antioqueños nos estancamos en el tango de los años cuarenta y cerramos los oídos a lo que vino después.

– Tú vas al estadio y ves que se llena para ver jugar al Nacional o al Medellín. Pagan su entrada y no preguntan el por qué de su precio. Cualquier cifra les parece poca para la emoción que les proporciona un buen partido. Pero cuando se presenta un grupo de tango, en alguno de los teatros acondicionados para ello, el aforo no pasa del 70 a duras penas. Aquí nos gusta el tango siempre y cuando sea gratis, porque no tenemos una cultura de pagar por un espectáculo que tiene su precio y es un costo que hay que cubrir.

Tiene un inconveniente, Luciano. Dice las verdades a boca llena y no las disfraza ni las camufla. Eso molesta a algunos. Pero cuando uno las analiza y termina por solidarizarse con los argumentos que expone, lo entiende.

No va a ser fácil para él subir al escenario para recibir ese homenaje, porque es un “cusumbo solo” y él mismo lo reconoce. “No me gustan las multitudes ni las aglomeraciones. Prefiero comunicarme por teléfono o Internet, de la misma manera que antes me comunicaba por carta”. Pero, le decimos, en este caso vas a tener qué ir. Se trata nada menos que de un merecido homenaje.

– Allá iré, por agradecimiento. Y por corresponderle a los que propusieron mi nombre, por el reconocimiento que me hacen.

Hubiera preferido que el homenajeado fuera otro y ver el acontecimiento por la televisión, pero es él y, a pesar suyo, allí estará.



(*) Escritor de Medellín, Colombia

Bandoneonístas: lo que nos hace falta


Bandoneonístas:
lo que nos hace falta

El instrumento característico del tango despierta el interés de los músicos jóvenes Bandoneonístas: lo que nos hace falta

Para esta joven la música es muy importante y considera que durante toda su vida va a interpretar su instrumento y que nunca dejará la música.

La necesidad de que en la orquesta a la que pertenece pudiese nutrirse con el sonido del bandoneón, motivó a Jessica María Vanegas Gil a iniciar un proceso de formación en torno a dicho instrumento con la ayuda de un maestro argentino.
El Festival de Tango que se realizó hace un año evidenció la escasez de personas formadas en la interpretación del bandoneón y la necesidad de más bandoneonístas en Medellín, como ciudad tanguera que es. Este hecho llevó a plantear desde la administración municipal y la comunidad que sigue el género del tango la iniciación de un proceso de formación en la interpretación de este instrumento y tanto en el marco del proceso que se adelanta desde la Alcaldía como desde iniciativas independientes, se ha despertado un especial interés en los músicos de la ciudad por aprender a tocar el bandoneón. Jessica María Vanegas Gil es una joven que a sus 24 años de edad siempre ha tenido una estrecha relación con el tango, impartida desde su hogar a través de su padre. Ella en la actualidad hace parte de la Orquesta de Cuerdas de Tango Ciudad de Medellín, orquesta que se presentará hoy a partir de las seis de la tarde en el Parque de los Deseos, donde interpreta la viola, sin embargo ella también tiene conocimientos de violín. Sobre su relación con el tango Jessica María Vanegas Gil narró que “el tango lo escucho desde pequeña lo escucho, por mi papá, siempre salía con él a los bares y así me empezó a gustar y lo conocí y pasé a integrar orquesta hace cinco años. Él me vio interpretando el instrumento (la viola) y le pareció formar un orquesta de tango y habló con el director de la escuela en que estudio en este momento y empezamos con el grupo, hace ya cuatro años.” De acuerdo con lo que se ha dicho por estos días, es muy beneficioso que quien quiera aprender a interpretar el bandoneón tenga bases de la interpretación del violín y esto es una ventaja que tiene esta joven para iniciar el nuevo reto que tiene para su vida: aprender a interpretar este instrumento de origen alemán. Ella por estos días inicia apenas su aprendizaje pero según narra ya ha tenido la oportunidad de tener un bandoneón entre sus manos y de lograr algunas notas, sin embargo este proceso requiere su tiempo y es por eso que ella se dedica en gran medida a la música, un aspecto bastante importante en su vida, pues según ella después de conocer la música uno la puede dejar y en este caso esa música es el tango. “Yo pienso que no hay nada difícil si uno se lo propone y de todas formas el conocimiento de la música le ayuda a uno a aprender cualquier instrumento. Yo he intentado tocar el bandoneón y he visto que no es imposible”, afirmó la joven, quien también enfatiza en que su interés tiene que ver con que el sonido del bandoneón hacía falta en la orquesta a la que ella pertenece. Aunque no es precisamente el proceso tan renombrado por estos días que promueve la Alcaldía, ella tiene la fortuna de contar con un bandoneonísta argentino como maestro, él es Óscar Pelayes, quien es uno de los pocos bandoneonístas que hay en la ciudad. Ella coincide con lo que se ha dicho en el marco de esta versión del festival, que aunque en la ciudad hay muchos músicos que interpretan tango con diversos instrumentos pero bandoneonístas son muy pocos, y ella quiere hacer parte de ese selecto grupo de artistas del que en este momento sólo hacen parte su maestro Óscar Pelayes, Che Paulino, argentino, y los antioqueños Pepe Lugo, Marco Quiroz y Alejandra Montoya.

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El Mundo, Medellin.

Carla Algeri



Carla Algeri

Discípula del Maestro Rodolfo Mederos, dió sus primeros pasos en el tango de la mano de un grande del género, el Maestro Don Osvaldo Pugliese. En su trayectoria musical transitó junto a destacados artistas como Juan Manuel Serrat, Daniel Baremboin, Lucho Servidio, Juanjo Domínguez y Alberto Podestá, entre otros. Es ganadora del 1º Concurso de Orquestas de Tango de Argentina junto a su actual formación de músicos. Se ha destacado en las orquestas de Juan D'Arienzo, Beba Pugliese y en importantes casas de Tango de la noche porteña.

COLECTIVO TANGO DE MENDOZA



Colectivo Tango esta formado por Carlos Acosta, Walter Casciani, Mariano Dalla Torre, Gustavo Bruno y Jorge Hernaez. Sobre el escenario mayor estarán acompañados por los bandoneonistas Walter Anselmi (Mendoza) y Carla Algeri (Buenos Aires) y los bailarines Gonzalo Cano y Franca Borsani.

OCTETO TANGO PUERTO

Horacio Ferrer, el poeta del tango




Horacio Ferrer,
el poeta del tango
Juliana Correa

Lleva gafas oscuras, una boina de cuero negra y un pantalón a cuadros. Es asediado como una estrella de Hollywood, un séquito de hombres mayores y una joven como de 18 años hacen fila para pedirle un autógrafo, pero este no es el paseo de la fama, es la 45 en Manrique y el hombre de quien hablamos es Horacio Ferrer. Que viene siendo uno de los nombres más importantes en el tango actual, el que renovó la poética de este género y desde ya es inmortal gracias a las letras de canciones como Balada para un loco.Volvió después de 25 años a Medellín y la encontró muy bonita, cambiada, moderna. Se sorprendió al ver que en un barrio como Santo Domingo Savio, se haya construido "una biblioteca en lugar de un shopping". Para el poeta, esta será siempre una ciudad mitológica.Ayer, después de un sencillo homenaje a Carlos Gardel en la 45, Ferrer se declaró en estado de asombro. Al caminar unos pocos metros entre la estatua del Zorzal criollo y la Casa Gardeliana, al lado de su inseparable esposa Lulú, por un momento él supo que está caminando por una calle emblemática. Saludó a algunos transeúntes como si fueran viejos conocidos. En el fondo, eran viejos conocidos del tango. Dice que "la conmoción que provoca un tango no se puede explicar y que ser tanguero es un sortilegio de la vida". Ferrer nació en Montevideo en 1933. Desde pequeño componía canciones y escribía poemas. Comenzó la carrera de arquitectura, pero no terminó. La poética mágica del tango se impuso sobre la creación de espacios, porque él estaba destinado al oficio de las letras, uno que le dio las alas que necesitaba. "Los militantes de la bohemia tenemos una distancia con el dinero y pasión con la libertad". Sus primeras composiciones surgieron en los años 50. Sus letras fueron calificadas de surrealistas. Ferrer fue más allá con los versos y exploró un nuevo lenguaje. A finales de los años 50 escribió el libro El Tango. Su historia y evolución y compuso la ópera María de Buenos Aires, que se ha presentado en cerca de 150 ciudades del mundo. En los años 60 comenzó a escribir canciones dentro del género de balada. En 1969 compusó Balada para un loco, una obra de una poética conmovedora y delirante musicalizada por el gran Astor Piazzolla y que hoy es considerado uno de los himnos del tango moderno.
Los amigosHabla con cariño de sus amigos. No conoció a Gardel, son de distintas épocas, pero cree que entre ambos pudo existir una hermosa amistad, porque le han dicho quienes conocieron al Morocho del Abasto que son muy afines en su forma de ser. De Piazzolla dice que era como una fuente de música y que desde siempre supo a dónde iba a llegar con sus creaciones. Otro de sus grandes amigos fue Aníbal Troilo. "Él decía que yo era el hijo que no le había dado la vida. Fue un hombre espiritual, amante de la belleza ". Pero para él, no hay nostalgia ni pasado. Dice que el género está más vivo que nunca. "El tango es de todos. Siempre habrá tangueros". Mientras habla con los periodistas cruza miradas furtivas con Lulú, que lo espera a pocos pasos. A sus 75 años sigue creando poemas y canciones. "Los que no he escrito todavía los voy a escribir".
No hay duda de que en el poeta conviven dos amores inmensos: su mujer y el tango. Por eso no duda al afirmas que "la mejor obra que le he escrito a Lulú es mi propia vida".
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El Colombiano Publicado el 24 de junio de 2008